La decisión de ir en el mes de julio fue muy acertada; ya que
los seis días previstos se concentraron en cinco y fueron extenuantes; haber
vuelto después e incorporarme directamente al trabajo me hubiera sido realmente
difícil.
Cuando ya tienes una edad avanzada y quedaron muy atrás
aquellos años en los que moverse por el mundo para mí, no era una cuestión de
recursos, sino de necesidad vital…el enfrentar el miedo a perderme en una gran
ciudad como lo es París, ha sido absolutamente rejuvenecedor y me ha
transformado personalmente: ha mejorado mi autoestima e independencia y ha desarrollado
en mí competencias en las que estaba de alguna manera anquilosada. Ha sido un
revulsivo, una renovación; ahora tengo menos miedo, más amplitud de miras y más
criterios para evaluar la realidad.
Mi pasión por el arte se ha visto satisfecha, ya que he
podido ver todas esas obras que miré y remiré en los libros y reproducciones de
distinta índole a lo largo de mi vida y especialmente en los años
universitarios.
El patrimonio
artístico de esta ciudad es inconmensurable, ya que alberga una cantidad de
museos de arte de todas las culturas y continentes…y por supuesto de Europa:
una forma de conocer la historia y la identidad de este continente, desde sus
orígenes hasta el momento presente.
Es justamente aquí, en el reconocimiento de la diversidad
cultural, como una riqueza natural del planeta y en la concienciación de la
necesidad de procurar la inclusión como método de trabajo en las aulas, donde
se ha hecho hincapié durante el curso.
Este se ha desarrollado de una manera más intuitiva que
racional; invitando al asistente a sacar conclusiones por sí mismo. Bien es
cierto que el ritmo trepidante de las visitas a los museos y las largas
caminatas por la ciudad, además de los desplazamientos constantes en metro,
restaron tiempo de puesta en común y reflexión; ya que la lengua se presentó como
una dificultad importante (se habían unificado dos grupos distintos,
matriculados en cursos de distinto título y contenidos; uno de ellos estaba
preparado para realizarse en inglés y otro en francés. Los asistentes en su
gran mayoría no hablaban francés, por lo que se prestó mayor atención a este
grupo y el inglés tuvo mucho mayor peso a través de una traductora. La
coordinadora del curso era italiana y no dominaba ni el inglés ni el francés).
A nivel pedagógico el mensaje más contundente me llegó en el
Museo de la Inmigración, dónde pude comprobar a través de una magnífica
exposición fotográfica y retrospectiva, la vida y costumbres del pueblo gitano
y la discriminación sufrida a lo largo der los siglos en distintos países…fue
aquí donde la palabra integración fue cambiada por esta
otra: inclusión. Esta denominación ha adquirido una importancia en mi
mente y mis reflexiones, comprendiendo la necesidad de un cambio en el sistema
educativo que supone un gran reto para todos nosotros como docentes…a
consecuencia de lo cual, este curso me he anotado para participar en un grupo
de trabajo para la innovación, dicho sea de paso que este grupo no cuenta con
ningún reconocimiento por parte de la
Delegación y sin embargo formará parte de nuestro horario semanal con una hora
extra voluntaria y altruista, pero comprometida. Es importante destacar que
estas iniciativas aún no están apoyadas y favorecidas por la Administración; lo
que obstaculiza la evolución y el cambio necesario en el sistema educativo
actual, que en muchos casos está obsoleto respecto a las necesidades y exigencias de una sociedad en constante
transformación.
Sólo me queda agradecer al programa Erasmus+ esta oportunidad
maravillosa que me ha brindado como profesional en formación y por supuesto a
mi IES Sierra Mágina: un Centro comprometido a todos los niveles con la
realidad de su comarca y que realiza una labor encomiable. Por último, destacar
el trabajo de coordinación y acompañamiento que ha llevado a cabo nuestra
querida compañera Mª Carmen López, a la que podemos evaluar de Cum Lauden y de
ejemplo a seguir en nuestro claustro.
Sin más, me despido de todos con el deseo de un nuevo curso
lleno de realizaciones y aprendizajes positivos.
Claudia
Jordán Herrera
Departamento
de Dibujo del IES Sierra Mágina de Huelma, Jaén.
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